Supongamos un pozo que abastece un nucleo urbano, una finca o forma parte de una red de abastecimiento de agua en la que hay más pozos, depósitos, estaciones de bombeo, válvulas motorizadas, dosificadores de cloro, o sistemas de riego agrícola. Imaginemos cualquier otro tipo de instalaciones que se encuentre en un lugar aislado, y que tiene que funcionar las 24 horas. Un fallo en una instalación de este tipo, origina normalmente grandes problemas que afectan a mucha gente.
Para garantizar el buen funcionamiento de estos sistemas, es posible dedicar una persona o más (según el volumen de la instalación) para vigilar constantemente y así prevenir los posibles fallos.
Otra posibilidad es instalar un sistema que gestione las instalaciones y registre todo tipo de parámetros a fin de comprobar el óptimo rendimiento de la misma. De esta manera es posible generar un diario de incidencias, automatizar envíos de mensajes, ya sea mediante correo electrónico o SMS, llamadas de voz o emisión de mensajes a uno o a varios destinatarios.
También es posible enviar telemandos para controlar las diferentes estaciones del conjunto de la instalación en función de las necesidades específicas de cada caso.
Por supuesto, es necesario centralizar toda la información en un único punto o en varios, de acuerdo con las características de la instalación.